viernes, 11 de noviembre de 2011

EUROPA 2009

  
Estoy impresionado por el nivel de consumo y superficialidad en que se vive por estos lares. Talvez no sea tanto como en la zoociedad norteamericana pero si mucho mas que en la nuestra. Esta Europa que con sus varios autores ha iluminado nuestras mentes hoy se encuentra en franca descomposición. Las personas solo quieren trabajar menos horas, tener mas vacaciones y jubilarse pronto. Los jóvenes no asisten a la universidad, se reciben tarde, muchos ni siquiera trabajan y se da el fenómeno llamado MAMONI donde se quedan a vivir cómodamente con sus padres pasados los 30 o 40 años.
Los números de la economía no cierran, tampoco la baja tasa de natalidad, no se sabe como se podrá mantener el sistema de pensiones. Todos estos son enigmas que ni mis profesores de la Universidad saben responder. En cambio los grupos xenófobos en contra de la inmigración cada vez son mas frecuentes, sobretodo en el norte italiano. Tampoco se ve una respuesta en la gente que se mantiene indiferente a los avatares internacionales. Ayer llegue justo a un negocio. El dueño me dijo que ya era hora de cerrar, no le importaba perder un cliente.
Las Iglesias son mas frecuentadas por turistas q por sus fieles, ya no se diferencia el precio del valor,  los propios italianos saben menos de su país que algunos de nosotros. A mi me han preguntado en numerosas oportunidades cual es el idioma que se habla en Argentina y si Bs As no queda en Brasil.
Cuando salimos de noche y vamos a un boliche me encuentro con la desagradable sorpresa de ver unas gradas sobre las que todos bailan sin ningún tipo de contacto sobre una plataforma vestidos como en las tapas de las revistas y mostrándose al resto en un trance egocéntrico tratando de parecer inalcanzables cuando todos son idénticos por intentar ser inigualables. Creo que no hay ninguna duda que el lujo y el consumismo es la peor de todas las vulgaridades, porque a diferencia de las personas no pudientes, ellos son culpables de su ignorancia.
Es cierto que aquí no he visto indigencia. En mi ciudad de Trieste solo hay un vagabundo que se pasa horas frente a la puerta del supermercado a la espera de un alma caritativa. Pero lo que hay es otro tipo de pobreza. Gente que prefiere tener solo un hijo y poder cambiar el auto cada tanto. Personas fanáticas por los animales donde el tamaño del perro es símbolo de estatus porque eso representa un gran gasto por mantenerlo. En todos los super hay una góndola desproporcionalmente inmensa exclusiva para las mascotas.
Hoy los que antes eran partidarios del Viejo PC italiano toman Coca-Cola mientras leen el diario. Hace poco encontré una entrevista al gran director de cine Pasolini, originario de nuestra región friulana, donde narra ya en los 70 este modelo basado en “consumo, luego existo”:
"Hoy existe una ideología real e inconciente que unifica a todos y esa es la ideología del consumo. Uno toma una posición ideológica fascista, otro una posición ideológica antifacista, pero ambos, antes de sus ideologías, tienen un terreno común que es la ideología del consumismo. El consumismo es lo que considero el verdadero y nuevo fascismo. Ahora que puedo hacer una comparación, me he dado cuenta de una cosa que escandalizara a los demás y me hubiera escandalizado hace 10 años. Que la pobreza no es el peor de todos los males y ni siquiera la explotación. Es decir, el gran mal del hombre no estaba en la pobreza y explotación, sino en la perdida de la singularidad humana bajo el imperio del consumismo. Bajo el fascismo se podía ir a la cárcel. Pero hoy, hasta eso es estéril. El fascismo basaba su poder en la iglesia y el ejercito, que no son nada comparados con la televisión"…
Se esta haciendo de noche. La gente sale con sus ropas de marcas raras a pasear su altanería e hipocresía. En la plaza principal están pasando un documental al aire libre sobre los problemas del África, un negro que vende sombreros se emociona  y empieza a verter esa blanca sangre que son las lagrimas al ver en la pantalla el infierno que ha dejado atrás. Un grupo de mujeres me pide que les saque una foto al estilo “Sex and the city”. Entre las callejuelas van apareciendo cada vez mas copas y vasos de tragos que la gente pide y luego abandona en un cementerio de cristal.
El africano festeja porque un grupo de caucásicos borrachos le compran un par de gorros. El vagabundo se sienta en un banco de la plaza porque cierran el supermercado. La Vieja Europa sigue festejando en medio de un festín lujoso y elegante. Se los ve confiados pese a las estadísticas y las luces de alarma. Siguen navegando y celebrando sobre un Titanic,  que ellos creen, llegara pronto a su destino…



Manifestación de la Liga del Norte en Venezia. Pancartas contra inmigrantes, musulmanes, comunistas y homosexuales

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